LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

domingo, 19 de enero de 2020

ENTENDER COMPRENDER

El conocimiento que busca reconocimiento es pura vanidad. (Anónimo)

Maestro y alumno paseaban por los jardines de la curiosidad cuando el joven preguntó:

- Maestro entender y comprender es lo mismo ¿no?

- ¿Tú qué crees?

- Pues, que son dos palabras para una misma cosa, creo yo.

- El entendimiento nos abre las puertas del conocimiento aunque no siempre seamos capaces de entrar en sus aposentos.

- ¿Por qué?

- ¿Cuándo lees un libro el primer estado al que te enfrentas es el entendimiento, es decir tu capacidad de reconocer y/o identificar el significado literal de lo que estás leyendo. Pero la escritura es un arte con muchas formas sofisticadas que se escapan a nuestra capacidad de contextualizarlas y que exige que sepamos entender el sentido complementario de las frases.

- ¿Cómo qué por ejemplo, Maestro?

- Si te digo que la gravedad de un agujero negro, o «curvatura del espacio-tiempo», provoca una singularidad envuelta por una superficie cerrada, llamada horizonte de sucesos. Entiendes cada palabra y su significado literal ¿no?

- Sí, Maestro

- Y si te digo que me lo expliques

- No sé, Maestro, porque no lo entiendo

- Sí lo entiendes joven, lo que pasa es que no lo comprendes porque no puedes salir del sentido literal de las palabras y darle un sentido relativo enriquecido del conocimiento necesario. Porque tus sapiencias en la materia no son suficientes para que puedas adaptarte al mensaje que comporta lo que estás leyendo o escuchando.

- ¿Entonces puedo entender muchas cosas que no puedo comprender?

- Más de las que tú crees, de hecho es uno de los mayores problemas del hombre y fue objeto del pecado original. ¿Qué crees que les pasó a Adán y Eva, ¿entendieron el mensaje de Jehová de no tocar del árbol de la ciencia y el conocimiento? ¿Lo comprendieron?

- Hombre está claro que entenderlo lo entendieron porque era una directriz muy sencilla. Pero no obedecieron.

- Tú lo has dicho joven. También podríamos decir que el deseo de comprender las cosas a su manera, y no la de su creador, les hizo desobedecer, pecar, por primera vez. No comprendieron las consecuencias de lo que les iba a suceder y eso nos revela otra lección fundamental de la vida.

- ¿Ah sí Maestro? ¿Y cuál es?

- Que la obediencia a Jehová es el único camino que brinda, a nuestro entendimiento, la capacidad de comprender aquello que Dios quiere para nosotros. No es comprender para obedecer, no. Es obedecer para, tal vez comprender. Porque no todo es bueno que sepamos sino ya lo sabríamos.

- ¿Entonces los sabios son obedientes ante todo Maestro?

- Tú lo has dicho joven. El principio de la sabiduría es el temor de Jehová, ese mismo que nos invita a la obediencia. Porque no siempre estamos preparados, o incluso capacitados, para comprender aquello que acabamos de entender. Y no es bueno querer forzar las cosas porque no nos hará más sabios, tal vez más eruditos pero con toda seguridad no más sabios.

- ¿Por qué dice eso, Maestro? Es como si me advirtiera de no ser curioso y buscar comprender las cosas.

- El problema joven es que entre entender y comprender las cosas, hay una frontera engañosa que se mueve constantemente y que tiende a hacernos creer que hemos comprendido lo que a duras penas entendemos. Hay muchos eruditos de la Biblia capaces de citar, y citar, y citar versículos para justificar sus ambiciones pero pocos son aquellos que reconocen que por mucho que lean, que estudien la palabra de Dios toda su vida solo alcanzaran comprender una infinitésima parte de ella. Solo aquella que Dios tiene preparada para ellos. La verdad es que lo importante, cuando lees la Biblia, no es pretender comprender todo aquello que estás estudiando sino tener un corazón abierto y dispuesto a dejar que Dios nos ilumine con sus bondades. Las pinceladas de discernimiento con las que nos agracia son regalos divinos únicos, personales e intransferibles. Solo con humildad podemos abarcar aquello para lo que Dios nos ha preparado. La curiosidad enfermiza mató al gato, como también hizo mortales a Adán y Eva.

- Le entiendo y me atrevería a decir que le comprendo Maestro. Jajaja

Y ambos continuaron paseando y charlando hasta el atardecer.

9 ¿Qué provecho saca quien trabaja de tanto afanarse? 10 He visto la tarea que Dios ha impuesto al género humano para abrumarlo con ella. 11 Dios hizo todo hermoso en su momento, y puso en la mente humana el sentido del tiempo, aun cuando el hombre no alcanza a comprender la obra que Dios realiza de principio a fin. (Eclesiastés 3:9-11)


Que Dios os bendiga, Alfons <><

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