Un día, una reflexión, un versículo
Cuando las lágrimas del rocío caen de una hoja de abedul, anuncian, con el sol naciente, el nacimiento de un nuevo día.
Cuando las lágrimas de nuestro espíritu caen del peso de nuestro pecado, anuncian, con nuestro bautismo, el renacimiento de una nueva vida.
Cuando aceptamos a nuestro Señor como salvador de nuestras almas nuestro renacer es para la eternidad porque Él pago con su sacrificio por nosotros. Amen
“El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo” 1 Pedro 3:21
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