LA DELGADA LINEA ENTRE BIEN Y MAL

¿Alguien puede decirme dónde acaba el mal y dónde
empieza el bien? Porque cuanto más miro la delgada línea que los separa más
me cuesta verla.
¿Por qué todo nuestro conocimiento, todo nuestro
entendimiento no se transforman siempre en discernimiento? Los hombres y sus
dioses son incapaces de vislumbrar la delgada línea entre el bien y el mal
porque el conocimiento humano no es garantía de sabiduría más si de vanidad
y porque el entendimiento humano no es marca de sencillez más si de orgullo.
¿Es malo quemar un bosque? si después vuelve a
brotar purificado.
¿Es buena la tecnología? si para lo único que nos
sirve es para destruirnos cada vez más.
Todas estas cuestiones son objeto de libros, de
debates, de cruzadas pero la verdad es que el hombre no tiene respuesta a
las preguntas que él mismo fomenta por que nos es capaz de discernir la
delgada línea entre el bien y el mal.
El hombre quiso tratar con Dios en igualdad de
condiciones, quiso asumir lo inasumible, ser lo imposible y acabó rehén del
pecado.
Dios nos dio la capacidad de elegir y nosotros la
transformamos en la facultad de decidir, eso sería genial si fuéramos
perfectos, pero solo somos humanos, falibles y limitados, qué desperdicio!!!
La única forma de discernir la delgada línea del
bien y del mal es mirando con fe, sintiendo de corazón y pensando inspirados
por el Espíritu Santo.
“1 Otra vez entró Jesús en la sinagoga; y había allí
un hombre que tenía seca una mano. 2 Y le acechaban para ver si en el día de
reposo le sanaría, a fin de poder acusarle. 3 Entonces dijo al hombre que
tenía la mano seca: Levántate y ponte en medio. 4 Y les dijo: ¿Es lícito en
los días de reposo hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla? Pero
ellos callaban. 5 Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por
la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la
extendió, y la mano le fue restaurada sana. 6 Y salidos los fariseos,
tomaron consejo con los herodianos contra él para destruirle.” Mateo 3:1-6
Que Dios os bendiga, Joves, Alfons <><
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