LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

lunes, 8 de noviembre de 2021

HERENCIA

La buena herencia se transmite en vida. Tras la muerte solo son sobras. (Anónimo)

La herencia es un tesoro para quien desea trasmitirla y un lastre para quien la ansía recibir. (Anónimo)


Cuando uno es joven los temas de herencia nos despreocupan, salvo que esté al caer y sea apetitosa.

Recibir, sí, dar, ¡¡¡no!!!

No nos cabe en la cabeza que lo más importante de ella, siempre, será aquello que trasmitamos a los demás, y eso mejor en vida.

Con los años y tanta juventud acumulada nuestra percepción del patrimonio va cambiando. De no tener nada a poseer capital tanto mobiliario como inmobiliario, hace que nuestros pensamientos se transformen. ¿Qué vamos a dejar, y a quién? Y si hablamos de dinero la cosa se complica todavía más.

No nos percatamos que la principal herencia es aquella que transmitimos en vida, y no hablo de bienes materiales, sino de bienes del corazón, de la mente, de la ejemplaridad de nuestra vida.

La educación de nuestros hijos es probablemente el legado más importante que les podemos dejar. Porque es más importante enseñar a pescar que regalar pescado. Igual parecemos más generosos en lo segundo, pero es un espejismo, el valor de lo que regalamos está la esencia de su contenido y la enseñanza nutre allá donde los presentes empobrecen.

El amor, es sin duda un regalo constante y perpetuo de todos aquellos que siguen las enseñanzas de Jesús. El amor no se da, eso sería vanidad, se comparte porque es un bien que no pertenece al individuo, sino que vive a través de la comunión con los demás.

La ejemplaridad también es un legado, que no solemos valorar, pero que es esencial a la hora de trasmitir nuestra herencia. Aquello de haz lo que digo y no lo que hago, suele ser un pecado bastante común a la hora de intentar ser lo que queremos y no lo que somos. Pero la realidad nos alcanza rápidamente y nos hace ver que debemos vivir como Jesús nos ha enseñado, no pretendiendo sino siendo de corazón lo más parecido a su ejemplo. Siempre será poco lo que logremos, pero, por suerte, y por su Gracia sobre todo, Jesús no nos valora por nuestros logros, que son pocos. Las intenciones sinceras de nuestro corazón, la voluntad profunda de nuestra mente de ir en camino de santidad e intentarlo una vez y otra, son hechos para Él. Jesús nos pide que seamos sal y luz en este mundo de tinieblas, seamos buen ejemplo de ello.

Todo lo demás, ya sea bienes, logros, triunfos, hazañas, dinero, etc… son las herencias que valora el mundo. Dejándonos en baúl de los olvidos cuando otro mejor, y siempre lo hay, ocupa nuestro lugar.

Por ello es mil veces mejor dejar la huella de nuestro amor en corazón ajeno que la del dinero en herencia a los demás.

La herencia de Jesús es una muestra de todo esto:

- sus enseñanzas, Maestro de maestros, todas recogidas en la Biblia

- el amor que compartió con todos y para todos

- la ejemplaridad de su vida, testimonio vivo que culminó con su sacrificio en la cruz

Amen.

7 porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. 8 Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. (1 Timoteo 6:7-8)


Que Dios os bendiga, Alfons <><

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