Un día, una reflexión, un versículo: Ostentación
No es necesario emprender grandes y aparatosas batallas contra el mal, es más edificante emprender un camino de santidad guiados por la Palabra, con humildad, discreción, paz y amor en el temor de Dios.
No ostentemos de Dios, humillémonos ante Él.
¿Quién sigue las enseñanzas de la palabra?:
- ¿El que siempre invoca el nombre del Señor o aquel que actúa en el temor de Dios?
- ¿El que clama con certeza solo escuchar a Dios o el que teme en silencio defraudarlo?
- ¿El que solo respeta a Dios o el que respeta a Dios, a sus padres, a sus ancianos, a sus tutores, a sus hermanos?
El hombre es orgulloso y vanidoso y lo es más cuando cree y/o pretende no serlo.
Hay un tiempo para hablar y uno para callar pero no hay un tiempo para aprender porque toda la vida no nos será suficiente.
No hay más necio que el que dice ya saber.
La ostentación luce para mal, la humildad reluce para bien.
“No tomarás el nombre de Yahveh tu Dios en vano; porque no dará por inocente Yahveh al que tomare su nombre en vano.” Éxodo 20:7
“El temor de Jehová es enseñanza de sabiduría, y a la honra precede la humildad” Proverbios 15:33
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