Se dice de un maestro y un joven paseando al borde de un rio que mantenían la siguiente conversación:
- ¿Maestro qué es un ídolo?
- ¿Ves la imagen tuya en el reflejo del agua?
- Sí maestro
- Ahora mira hacia donde fluye el río, ¿Se lleva tu imagen consigo?
- No maestro sigue donde estaba
- Cierra los ojos ¿qué ves?
- Nada maestro
- Lo mismo pasa con los ídolos, porque el río de la vida solo acarrea
la verdad de lo que somos y tu imagen tan solo es un reflejo sin realidad
que únicamente existe cuando la miras.
Joven, la diferencia entre Dios y los ídolos es que allá donde los ídolos
nos piden ver para creer, Dios nos enseña a creer para ver. El Señor nos
exhorta a que amemos a los demás como a nosotros mismos, los ídolos exigen que solo los adoremos a ellos. Tú eliges.
Los idólatras son ególatras frustrados.
"Avergüéncense todos los que sirven a las imágenes de talla, los que se
glorían en los ídolos. Póstrense a él todos los dioses." Salmo 97:7
"20 Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento
para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo
Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna. 21 Hijitos,
guardaos de los ídolos. Amén." 1 Juan 5:20-21
Que Dios os bendiga, Joves, Alfons
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