LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

viernes, 28 de junio de 2013

INDEPENDENCIA


La independencia es el sueño de los pueblos
oprimidos que buscan emanciparse de quién confunde protegerse a sí mismo con
proteger a los demás.

El derecho a decidir, bien nos ofrece la oportunidad
de errar, o nos exige la obligación de acertar, según estemos pendientes o
queramos ser independientes de Dios.

La independencia es querer no depender de nadie para
acabar dependiendo de uno mismo, triste destino para tan ambiciosa
aspiración.

La libertad condicionada es la independencia de los
sabios, la libertad incondicional, la de los necios porque la primera
reconoce lo que la segunda ignora: los límites de la condición humana.

La independencia es decidir tú de quién quieres
depender para que no decidan por ti de quién dependerás.

El hijo pródigo decidió ser independiente y solo
consiguió ser esclavo de sus decisiones hasta que, orgullo vencido, acepto
ser siervo de su padre.

La independencia nos obliga a nosotros frente a los
demás mientras la dependencia obliga a los demás frente a nosotros, por
desgracia ambas exigencias están muy por encima de nuestras posibilidades.

La abnegación es el antídoto a la independencia de
la soberbia.
“11 También dijo: Un hombre tenía dos hijos; 12 y el
menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me
corresponde; y les repartió los bienes. 13 No muchos días después,
juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí
desperdició sus bienes viviendo perdidamente. 14 Y cuando todo lo hubo
malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle.
15 Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le
envió a su hacienda para que apacentase cerdos. 16 Y deseaba llenar su
vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. 17 Y
volviendo en sí, dijo: !!Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen
abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! 18 Me levantaré e iré a mi
padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. 19 Ya no soy
digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. 20 Y
levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y
fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.
21 Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no
soy digno de ser llamado tu hijo. 22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad
el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus
pies. 23 Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; 24
porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es
hallado. Y comenzaron a regocijarse. 25 Y su hijo mayor estaba en el campo;
y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas; 26 y
llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. 27 Él le dijo:
Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por
haberle recibido bueno y sano. 28 Entonces se enojó, y no quería entrar.
Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase. 29 Mas él, respondiendo,
dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido
jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. 30
Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has
hecho matar para él el becerro gordo. 31 Él entonces le dijo: Hijo, tú
siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. 32 Mas era necesario
hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha
revivido; se había perdido, y es hallado.” Lucas 15:11-32
Que Dios os bendiga, Joves, Alfons <><

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