CAMINO EN BUENAS OBRAS

Alumno y maestro paseaban por lo jardines de la
curiosidad…
- Maestro, ¿Cuándo hacemos buenas obras nos merecemos más la
salvación?
- No, pero si no obramos en bien nunca la encontraremos
- Entonces ¿de qué sirve hacer buenas obras?
- La pregunta es ¿hacemos o obramos?
- Es lo mismo, ¿no? Maestro
- El obrero trabaja bajo el mando del jefe de obra por lo contrario el
que hace es causa y nosotros no somos causa de buenas obras, tan solo de
nuestros pecados.
- No lo entiendo maestro, si actuamos mal es culpa nuestra y si
actuamos bien nos es gracias a nosotros.
- Tú lo has dicho joven, así es, en su sabiduría divina Dios no
permite al hombre que se jacte en vanidad de aquello de lo que solo es un
pésimo obrero.
- Y entonces ¿de qué sirven las buenas obras, maestro?
- Cuando vemos una señal de obras en la carretera ralentizamos porque
el camino suele estrecharse y el peligro es patente. Prestamos atención a
aquello que normalmente no la tiene para nosotros. Somos, o trabajadores de
tales obras, o también conductores temerarios forzados a frenar nuestra
marcha y extremar la prudencia. Las obras nos fuerzan a reconsiderar
nuestras actitudes y nos dan la oportunidad de corregirlas con el propósito
adecuado. Seamos trabajadores o conductores las obras nos modelan el corazón
sin darnos cuenta.
- Entiendo pero si solo somos obreros ¿quién es el gran arquitecto?
- Sospecho que ya sabes la respuesta, ¿no?
- Dios, maestro, porque todas tus enseñanzas siempre acaban en Él,
pero ¿por qué?
- El hombre tiene tendencia a quererse mucho más a sí mismo que a los
demás. Hacerle autor de las buenas obras lo haría caer en pecado de vanidad.
Dios quiere que no solo actuemos sino que aprendamos a actuar por amor a los
demás, y el amor no espera nada a cambio, y menos cualquier reconocimiento.
- Lo entiendo, es una cuestión de amor, ¿verdad?
- Dios es amor, qué más puedes pedir. Nunca te olvides joven de que la
salvación es solo por la gracia de Dios, mediante la fe para obras. Observa
las señales de buenas obras en tu camino y actúa en consecuencia, serás un
buen conductor de tu vida. Jajaja…
Y con esa risa cómplice alumno y maestro continuaron
su placido paseo en oración.
“27 ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida.
¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe. 28
Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la
ley.” Romanos 3:27-28
“Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente
oidores, engañándoos a vosotros mismos” Santiago 1:22

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