LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

jueves, 2 de febrero de 2017

EL HOMBRE SIN SOMBRA

No me fío de mi sombra, pues no me obedece a mí, sino al sol. (Anónimo)


Todos tenemos sombras, incluso algunos tienen mala sombra. Aparecen y desaparecen según la presencia del sol y de nuestra voluntad de exponernos a él. Son el contorno de nuestro cuerpo como las sombras de nuestro interior definen el contorno de nuestra alma.

También somos creadores de sombras que nacen de los focos que iluminan, no siempre, lo que reluce. Estas sombras son tan engañosas como ficticias, obedecen a la voluntad humana y solo pueden oficiar en la oscuridad. Son caducas porque sus fuentes de luz desaparecen cuando el sol las engulle.

Cuanto más bajo está el sol más se alarga nuestra sombra. Cuanto más cerca está Dios de nosotros más nos vemos tal y como somos.

Hay una sombra que baila, la que se define a la luz de una vela. Requiere oscuridad y es frágil frente al viento. Como nuestra conciencia, secreta, inquieta, consumidora tambaleada entre nuestras dudas y nuestra fe.

Por mucho que nos empeñemos no podemos hacer desaparecer nuestra sombra a la luz del sol. Frente a él nos seguirá, de espaldas a él nos precederá. Es como la carga de nuestros pecados que dejamos atrás cuando miramos a Jesús de frente y que nos preceden cuando le damos la espalda.

Un buen hombre obliga su sombra a seguirlo, un mal hombre se deja guiar por la suya.

Solo lo puro y transparente no tiene sombra frente al sol, solo Dios trino porque él es el sol y todas las estrellas del universo. El hombre sin sombra es un hombre que no conoce al sol o que huye de él. Se condenada a sí mismo a no conocer su fuente de vida. El hombre sin sombra es hombre de tinieblas.

Ciertamente, como una sombra es el hombre; ciertamente, en vano se afana; amontona riquezas y no sabe quién las recogerá. Salmo 39:6)

12 Ahora bien, aunque el pecador haga cien veces lo malo, y sus días se prolonguen, con todo yo también sé que les irá bien a los que a Dios temen, los que temen ante su presencia, 13 y que no le irá bien al malvado, ni le serán prolongados sus días, que son como sombra; por cuanto no teme delante de la presencia de Dios. (Eclesiastés 8:12-13)


Que Dios os bendiga, Alfons <><

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