Cuando la realidad supera la ficción es porque nuestra mira es tan corta que no alcanza a ver ni nuestro propio presente. (Anónimo)
No hay nada nuevo bajo el sol pero por desgracia tampoco nada bueno en el corazón de aquellos que se creen por encima de las enseñanzas de nuestro Señor.
El no vino a llamar a justos a arrepentimiento sino a pecadores, entonces por qué hay quien se cree más cristiano que Jesús y rechaza el arrepentimiento de aquellos que de corazón lo expresan y/o lo buscan.
El miedo es una excusa que atestigua de la pobreza espiritual de aquellos que la utilizan para rechazar a los más necesitados, los marginados, los diferentes, aquellos que representan un peligro para el confort de una comunidad apoltronada espiritualmente.
Somos hijos de Dios y nuestra misión es aplicar las enseñanzas de Jesús, de amor, de compasión, de perdón, de comunión, no de protegernos contra ello, para eso ya tenemos a Jesús, o es que no confiamos en Él.
La intolerancia a lo diferente es una reacción cutánea del espíritu débil, de aquel que clama su fuerza pero que solo demuestra su flaqueza. El que es fuerte en Jesús no teme los peligros de contaminación, si bien los respeta para no caer en ellos, porque prefiere tratarlos que ignorarlos, y eso solo se hace desde dentro, no desde la lejanía.
La vejez puede aportar sabiduría pero también senilidad. Todos nos enfrentaremos al momento en cual deberemos traspasar el testigo a más jóvenes para que continúen la obra del Señor. Nuestra capacidad en darnos cuenta de ello nos define. Para ello debemos vencer las tentaciones de nuestra condición pecaminosa que nos llevan a pensar que solo nosotros tenemos la razón, que solo nosotros vemos las cosas como son, que solo nosotros podemos hacer bien las cosas. La verdad es que cuanto más pensamos así más nos alejamos del Señor y de sus enseñanzas, y más nos acercamos a lo que deberíamos execrar: condescendencia, vanidad, orgullo. No hay nada más bonito que contemplar la juventud en acción desde la vejez y serles de apoyo no de freno y de barrera infranqueable. Es triste cuando nos anclamos en la ceguera de nuestras certezas en lugar de transmitir las bonanzas de nuestras incertidumbres buscando lo mejor de nosotros mismos para darles respuestas. Estos es obra de juventud y no carga de ancianos.
Cuando nos enfrentamos a personas que piensan muy diferente a nuestro parecer deberíamos tratar de entender su buen sentido antes de precipitarnos a exponerles el nuestro. Eso nos obligaría a escuchar y aprender antes de juzgar y nos evitaría muchos juicios inútiles.
Cuando uno considera, sin el atisbo de autocrítica, que aquel que piensa diferente está errado, su corazón endurece y su mente invita a la intolerancia.
Tolerar y respetar no es comulgar y ser cómplices es aceptar el otro con sus diferencias porque la autarcía espiritual solo lleva a su desaliento y las diferencias siempre enriquecen aquel que sabe respetarlas.
Una comunidad que rechaza la diferencia está condenada a morir en sí misma.
Una comunidad que no es capaz de acoger a aquellos que la retan es una comunidad muerta espiritualmente por que no confía en Jesús.
31 Respondiendo Jesús, les dijo:
—Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. 32 No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento. (Lucas 5:31-32)
Que Dios os bendiga, Alfons <><
Primera edición del libro electrónico con 1 año de reflexiones, versículos e ilustraciones de Manuel Redondo, a la venta en Amazon:
http://www.amazon.com/dp/B00D7IM000
http://www.facebook.com/UnDiaUnaReflexionUnVersiculo
http://un-dia-una-reflexion-un-versiculo.blogspot.com/
http://undiaunareflexionunversiculo.wordpress.com/
Església Evangèlica La Gràcia de Déu
Ciutat de Balaguer, 40, Barcelona
Cada domingo a las 18 00, ¡OS ESPERAMOS!
El no vino a llamar a justos a arrepentimiento sino a pecadores, entonces por qué hay quien se cree más cristiano que Jesús y rechaza el arrepentimiento de aquellos que de corazón lo expresan y/o lo buscan.
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Somos hijos de Dios y nuestra misión es aplicar las enseñanzas de Jesús, de amor, de compasión, de perdón, de comunión, no de protegernos contra ello, para eso ya tenemos a Jesús, o es que no confiamos en Él.
La intolerancia a lo diferente es una reacción cutánea del espíritu débil, de aquel que clama su fuerza pero que solo demuestra su flaqueza. El que es fuerte en Jesús no teme los peligros de contaminación, si bien los respeta para no caer en ellos, porque prefiere tratarlos que ignorarlos, y eso solo se hace desde dentro, no desde la lejanía.
La vejez puede aportar sabiduría pero también senilidad. Todos nos enfrentaremos al momento en cual deberemos traspasar el testigo a más jóvenes para que continúen la obra del Señor. Nuestra capacidad en darnos cuenta de ello nos define. Para ello debemos vencer las tentaciones de nuestra condición pecaminosa que nos llevan a pensar que solo nosotros tenemos la razón, que solo nosotros vemos las cosas como son, que solo nosotros podemos hacer bien las cosas. La verdad es que cuanto más pensamos así más nos alejamos del Señor y de sus enseñanzas, y más nos acercamos a lo que deberíamos execrar: condescendencia, vanidad, orgullo. No hay nada más bonito que contemplar la juventud en acción desde la vejez y serles de apoyo no de freno y de barrera infranqueable. Es triste cuando nos anclamos en la ceguera de nuestras certezas en lugar de transmitir las bonanzas de nuestras incertidumbres buscando lo mejor de nosotros mismos para darles respuestas. Estos es obra de juventud y no carga de ancianos.
Cuando nos enfrentamos a personas que piensan muy diferente a nuestro parecer deberíamos tratar de entender su buen sentido antes de precipitarnos a exponerles el nuestro. Eso nos obligaría a escuchar y aprender antes de juzgar y nos evitaría muchos juicios inútiles.
Cuando uno considera, sin el atisbo de autocrítica, que aquel que piensa diferente está errado, su corazón endurece y su mente invita a la intolerancia.
Tolerar y respetar no es comulgar y ser cómplices es aceptar el otro con sus diferencias porque la autarcía espiritual solo lleva a su desaliento y las diferencias siempre enriquecen aquel que sabe respetarlas.
Una comunidad que rechaza la diferencia está condenada a morir en sí misma.
Una comunidad que no es capaz de acoger a aquellos que la retan es una comunidad muerta espiritualmente por que no confía en Jesús.
31 Respondiendo Jesús, les dijo:
—Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. 32 No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento. (Lucas 5:31-32)
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