LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

lunes, 23 de octubre de 2017

SATISFECHO

Un vientre satisfecho no tiene riesgo de envenenarse. (Anónimo)


La gula es un pecado muy antiguo pero también tremendamente moderno. Lleva sus efectos hasta lo más recóndito de nuestro cerebro no contenta de atiborrar nuestro estómago.

Pensamos que somos capaces de entender todo, comprender casi todo y para ello escuchamos, leemos, interactuamos cuanto más mejor en nombre de la diversidad y de la tolerancia.

Somos tan abiertos que no nos damos cuenta que un exceso de tolerancia genera intolerancia. No, solo cuando sentimos que se nos escapan las cosas, que nuestra confusión nos impide dar respuesta a lo que vemos o vivimos, entonces, y solo entonces, empezamos a cavilar con un atisbo de cordura. Empezamos a olvidarnos de la vorágine de sentimientos y sensaciones de vivir.

El mundo tiene muchas formas de atraparnos en sus garras seculares. Puede ser atractivo, darnos la sensación de que somos importantes, o más si cabe, relevantes. Pero no nos engañemos la verdad es que solo somos una gota en el océano, polvo a merced del viento, nada más.

Y si nos preguntamos ¿por qué actuamos así? ¿Qué hace que busquemos afirmarnos en el reconocimiento ajeno aunque sea a costa de nuestra alma? Cuando agotados y rendidos por un esfuerzo inútil nos paramos a pensar, solo hay una respuesta, y no suele gustarnos porque nos atañe en lo más profundo de nuestra intimidad. Porque no estamos satisfechos, porque lo que la vida nos da no colma nuestra ansia de reconocimiento.

Es muy curioso descubrir la vida de grandes hombres de la historia del mundo. Nos enseña que la mayoría estaban en busca de sí mismos a través de sus hazañas. Pero que muy pocos encontraron la respuesta que buscaban, ni tan solo en la gloria de los hombres. Podemos tratarlos de héroes o de malvados villanos pero ni Napoleón, ni Julio Cesar, ni ningún otro por el estilo dejaron un legado impoluto, sino todo lo contrario. Podríamos imaginar el fin de su vida, su último suspiro mirando lo que fue la vida de un insatisfecho.

Porque cuando uno tiene lo que necesita y no desea más que aquello que tiene la satisfacción lo colma de bendiciones. Porque cuando uno conoce a Jesús aprende a gozar de una vida llena de satisfacción y de plenitud tanto espiritual como mental.

Me pueden llamar iluso pero sentirme lleno del Espíritu Santo es el mayor de los placeres que jamás he experimentado. No suele ser frecuente y por ello siempre lo busco porque sé que mi condición pecaminosa, mis actitudes mundanas me alejan de Él.

Un corazón satisfecho rebosa de amor y lo derrama a su alrededor. Ese corazón es el que se alimenta de la palabra de Dios, néctar de vida eterna. La saciedad no existe en busca de Dios, solo la satisfacción con la que Él nos colma por su Gracia y su gran misericordia.

Un hombre satisfecho en Dios nunca caerá en la idolatría, pues ya tiene todo lo que necesita y más. Amen.

En cuanto a mí, yo en justicia veré tu rostro; quedaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza. (Salmo 17:15)
El temor del SEÑOR es para vida; el que lo tenga vivirá satisfecho; no será visitado de mal. (Proverbios 19:23)


Que Dios os bendiga, Alfons <><

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