Aquel que largo camino emprende sin compañía carga inútil de soledad acarrea.
Siempre que alguien se siente solo nuestra deuda como cristianos aumenta.
La soledad como acto voluntario puede ser necesaria y de bendición, mas la soledad como sentimiento nunca lo es.
Hay una gran diferencia entre realidades y sentimientos; las realidades no se dominan, los sentimientos nos dominan.
No confundamos estar solos y sentirnos solos. El creyente nunca está solo si bien puede sentirse solo en momentos de grandes tribulaciones.
Cuando más solo te sientes más cerca de tí está Dios. No ignores su presencia, busca a Dios porque Él ya te ha encontrado.
No dejemos nunca que nuestros hermanos se sientan solos porque deber nuestro es de compartir con ellos aquello que alivia el camino de la vida.
"Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él." Génesis 2:18
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