TRAGEDIA

Cuando nos golpea sin aviso, la tragedia es un
desafío a nuestra razón y a nuestro corazón. Nos chafa contra el árbol que
impide que podamos ver el bosque, nuestro bosque, arrasado por los
acontecimientos. Por ello es necesario robarle tiempo a los hechos y dejar
que las brasas se transformen en cenizas, entonces podremos volver a
nuestras andanzas sin miedo a quemarnos de nuevo y ver nuestro bosque
reverdecer.

No busques lógica en las tragedias porque no es lo
más importante, lo que cuenta es ¿qué harás tú de bueno con lo malo que te
sucede? Tu contestación a esta pregunta marcará un antes y un después en tu
vida. El mundo está lleno de almas perdidas que no supieron responder.

El amor transforma la tragedia en bienandanza, solo
necesitas acompañarlo con paciencia y esperanza y juntos te ofrecerán una
nueva oportunidad de vivir en paz contigo mismo y con los demás.

A menudo se utilizan las tragedias para negar a Dios
responsabilizándolo de ellas. Es como cuando un niño culpa a su padre de
haber roto su juguete cuando en realidad ha sido él quien lo ha destrozado.
Es fácil culpar a los demás de aquello que no entendemos, es mucho más
difícil reconocer que no todo está al alcance de nuestra capacidad
intelectual. Solo la fe puede hacer que convivamos con nuestras limitaciones
y aceptemos lo impensable. Para unos es una estupidez que reconoce nuestra
debilidad, para los que cristianos es un regalo de Dios que mantiene vivo el
Espíritu Santo que mora en nosotros, y nos hace, a cada paso, a cada
tragedia, más fuertes.

La tragedia es una herida abierta en el corazón, si
la mantenemos viva no cicatriza. Solo un bálsamo de amor puede ayudar a
cerrarla definitivamente, el que Jesús nos ofrece cada día de nuestra vida.
Búscalo y verás que no hay herida que se le resista.
“12 Porque debiendo ser ya maestros, después de
tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los
primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales
que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. 13 Y todo aquel que
participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es
niño; 14 pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para
los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del
bien y del mal.” Hebreos 5:12-14
Que Dios os bendiga, Joves, Alfons <><

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