BENIGNIDAD

La benignidad es mansedumbre bondadosa e ingenua,
ofrenda de Dios para sus hijos.

La palabra benignidad es una palabra en desuso en
nuestro mundo, tanto como el amor que conlleva.

La benignidad es una utopía para los hombres
impacientes y una meta para los hombres de paz.

Benignidad, don divino puesto al alcance del hombre,
a su alcance sí pero no a su vista, porque solo se descubre y se profesa con
un corazón humilde.

La benignidad puede con todo lo que adjetiva por
ello tanto un tumor como un dolor benigno dan buenos efectos con malos
causantes.

Si le dices a alguien que su actitud es benigna,
entenderá que es inútil, floja, sin importancia cuando en realidad significa
bondadosa, cariñosa, apacible. Así somos las personas, solo miramos con el
prisma de nuestra condición las palabras que nos definen.

Solemos agradecer a Dios su benignidad con nuestra
malicia. Engreídos y vanidosos, despreciamos todo lo que no reluce y nos
cegamos con dioses de hojalata como el dinero.
“1Desechando, pues, toda malicia, todo engaño,
hipocresía, envidias, y todas las detracciones, 2 desead, como niños recién
nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para
salvación, 3 si es que habéis gustado la benignidad del Señor.” 1 Pedro
2:1-3
Que Dios os bendiga, Alfons <><

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