LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

jueves, 28 de noviembre de 2013

EL HOMBRESTRUZ, UNA LEYENDA SELVÁTICA


Se dice que ha habido una mutación entre hombre y
animal, no se sabe quién domina a quién pero hombre y avestruz se han unido
para crear el “hombrestruz”. Ser peculiar que no es ni zombi, ni vampiro,
tan solo aquel que prefiere esconder la cabeza bajo tierra para no
enfrentarse a sus problemas. La realidad es que es una leyenda selvática
porque el avestruz es mucho más sabio que el hombre.

Cuando está en peligro el avestruz baja su cabeza a
ras de suelo, nunca bajo tierra, para evitar que sus enemigos la detecten
mientras los hombres nos erguimos en nuestro orgullo hasta que perdemos la
cabeza.

Hay que saber de qué presumimos para ver por qué
peligramos. Nuestra vanidad es tan innata que ni nos percatamos de lo
orgullosos que somos.

Si existiera de verdad el “hombrestruz” sería
muestra de sabiduría y no de cobardía como lo describen los entendidos
porque la humildad impone bajar nuestra cabeza muy por debajo del nivel de
nuestro orgullo. La mansedumbre nos obliga a inclinar nuestra soberbia muy
por debajo de nuestra obediencia. El amor nos obliga a rebajar a ras de
suelo nuestro ego y ponerlo al servicio de los demás.

Con el pecado el hombre aprendió a esconderse, con
la gracia aprendemos a vivir libres de condena por los meritos de nuestro
Señor Jesús.

Bajar la cabeza es una gran muestra de respeto, de
obediencia y de amor incondicional, por ello es lo primero que hacen
aquellos que se encuentran en presencia de Dios.
Amagarla bajo tierra es solo digno de cobardes y
miedosos.

A Dios no se le puede tener miedo mas sí temor,
porque es nuestro Padre, es amor y justicia. Así se manifiesta la gran
diferencia entre rebeldía y respeto.
“8 Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en
el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la
presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. 9 Mas Jehová Dios
llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? 10 Y él respondió: Oí tu voz en
el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.” Génesis
3:8-10

Que Dios os bendiga, Alfons <><

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