INDOLENCIA

La indolencia invita a la pereza de nuestros
sentidos mas no evita sus efectos.

El que con indolencia cura sus heridas con angustia
alimenta sus pesadillas.

Hay un tiempo para todo, para sufrir, para llorar,
para reclamar, para rebelarse, para gritar pero una vez este tiempo es
pretérito debemos buscas las fuerzas de resarcirnos para no caer en la
indolencia de nuestra propia autocomplacencia

Vivir es sentir la vida y eso a veces duele un
montón. La indolencia cauteriza nuestra percepción, no solo de lo malo,
también de lo bueno.

Para caminar siempre hay que dar un paso más, no
dejes que tu indolencia te lo impida.

El que se rinde ante las pruebas paga con indolencia
las oportunidades que le son brindadas, y ese tributo solo aumenta su deuda.

El desanimo provoca indolencia mas de nosotros
depende que su efecto se desvanezca antes de que se adueñe de nuestra alma.

No hay excusa para la indolencia porque el que más
sufrió sin razón, Jesús, acepto su dolor por nosotros hasta su última gota
de sangre.

Cuanto más sientas dolor, más busca amparo en Jesús
porque Él es nuestro bálsamo universal.

“El indolente ni aun asará lo que ha cazado; Pero
haber precioso del hombre es la diligencia.” Proverbios 12:27

“Maldito el que hiciere indolentemente la obra de
Jehová, y maldito el que detuviere de la sangre su espada.” Jeremías 48:10

Que Dios os bendiga, Alfons <><

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