EXIGIR

La humildad no sabe de exigir salvo a sí misma.

Los hombres exigen mientras Dios espera hasta el día
en el que Dios nos exigirá aquello que no nos esperamos; que le rindamos
cuentas.

El orgullo nos empuja a exigir aquello que
deberíamos pedir y a no pedir aquello que deberíamos exigir.

Un hombre exigente no suele ser complaciente salvo
consigo mismo.

A todos nos gusta exigir, mas a muy pocos nos place
conceder aquello que reclamamos, así es el hombre de sibilino.

El que exige que lo respeten no ha entendido la
diferencia entre causa y efecto porque un efecto solo puede ser consecuencia
de su causa nunca del derecho que uno se otorga.

El que exige que lo amen es porque no ha entendido
que amar es dar sin esperar nada a cambio y él ya está reclamando el cambio
de lo que todavía no ha dado.

Antes de exigir deberíamos pensar en agradecer, pero
para ello tendríamos que aprender a responder en lugar de contestar.

“El rey con el juicio afirma la tierra; Mas el que
exige presentes la destruye.” Proverbios 29:4

Que Dios os bendiga, Alfons <><

Primera edición del libro electrónico con 1 año de
reflexiones, versículos e ilustraciones de Manuel Redondo, a la venta en
Amazon:
http://www.amazon.com/dp/B00D7IM000

http://www.facebook.com/UnDiaUnaReflexionUnVersiculo
http://un-dia-una-reflexion-un-versiculo.blogspot.com/
http://undiaunareflexionunversiculo.wordpress.com/
Església Evangèlica La Gràcia de Déu
Ciutat de Balaguer, 40, Barcelona
Cada domingo a las 18 00, ¡OS ESPERAMOS!