Cuando niegas lo evidente, te evidencias.
En la mayoría de los casos la negación es una respuesta que elude contestar.
La negación pretende cambiar una verdad o una mentira pero no la altera,
solo la reviste de otra mentira o verdad.
El que niega sus actos consiente sus pecados.
La única negación positiva es la que nos hace negarnos a nosotros mismos por
amor a Dios.
La negación es una renuncia egoísta cuando se refiere a beneficiarnos
nosotros a costa de los demás y bondadosa cuando se trata de lo contrario.
Las mentiras niegan, las verdades afirman y el hombre vacila.
La negación nos hace huir de la realidad hasta que somos alcanzados por sus
consecuencias.
Solo las matemáticas ofrecen un efecto positivo a la negación, cuando se
multiplica por ella misma. En el caso de la vida es justo lo contrario,
cuando se multiplica por ella misma, la negación, aumenta su negatividad.
"29 -Aunque todos te abandonen, yo no -declaró Pedro. 30 -Te aseguro -le
contestó Jesús- que hoy, esta misma noche, antes de que el gallo cante por
segunda vez, me negarás tres veces. 31 Aunque tenga que morir contigo
-insistió Pedro con vehemencia-, jamás te negaré. Y los demás dijeron lo
mismo." Marcos 14:29-31
Que Dios os bendiga, Alfons <><
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