LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

miércoles, 20 de septiembre de 2017

LLUVIA TEMPRANA Y TARDÍA

Nunca llueve a gusto de todos y menos cuando uno tiene mal gusto. (Anónimo)


La siembra es un momento crucial para los agricultores, precisa de un terreno abonado y lo suficientemente húmedo para que cuando se haga la plantación, esta arraigue y germine.

La lluvia temprana es aquella que permite este milagro de la vida tanto en las plantas como en nuestros corazones mediante el Espíritu Santo. Nos prepara para que sepamos actuar conforme a la voluntad de nuestro Padre Celestial. Luego de nosotros depende hacer buen uso de ella escuchando y obedeciendo a las inspiraciones que el Espíritu Santo deposita en nosotros. Somos terreno abonado pero también somos tierra viva que elige su suerte.

La lluvia temprana permite el inicio de la vida en las plantas desde su siembra hasta su crecimiento tal como en los hombres el Espíritu Santo.

Pero crecer nos es garantía para una planta de ser hermosa y de ofrecer su fruto cuando toque como no lo es para el corazón que mora en nosotros. Su madurez experimenta tribulaciones y pruebas y se curte con las huellas que dejan.

La lluvia tardía es aquella que llega para culminar la floración de la plantas. Suave y fina, les da el agua de vida que precisan para finalizar su proceso de maduración y ofrecer sus mejores frutos. Permite llegar al final del ciclo con todas las garantías.

Lo mismo necesita nuestro espíritu que, para madurar y crecer en el Señor, requiere ser alimentado por la inspiración divina que nos regaló Jesús antes de su ascensión a los cielos. Sin ella somos presa fácil del pecado y de su genitor. Con ella andamos con paso firme hacia la salvación.

Pero no nos engañemos esto es más difícil de vivir que de escribir o leer porque vagamos en un mar de tentaciones, de atracciones seculares y como las plantas debemos encontrar nuestro camino entre la maleza para que esta no nos ahogue. El hombre decidió comer fruto del árbol de la ciencia y del bien y del mal, quiso que sus ojos fueran abiertos y así fue, desobedeció a precio de su mortalidad pecaminosa. Ahora debemos acarrear todas sus consecuencias y solo entregándonos a Jesús y alimentando el Espíritu Santo con nuestra obediencia conseguiremos salir adelante.

El ciclo de la vida precisa de lluvia temprana y lluvia tardía, del agua de vida divina porque sin ella todo es o acaba siendo polvo, tanto las plantas como los seres humanos, polvo, todo.

3 Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra. (Oseas 6:3)

Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio. (Joel 2:23)


Que Dios os bendiga, Alfons <><

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