LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

jueves, 28 de diciembre de 2017

INOCENCIA

La inocencia es una utopía, no hay nadie libre de pecado en este mundo. (Anónimo)

¿Quién no añora la inocencia perdida? Aquella que manifestábamos entregados a nuestros padres en estos días de navidad, esperando que un ser misterioso, llámenlo Papa Noel o Reyes magos o caga tió u otras tradiciones todas paganas y fuera de la realidad de esta celebración, nos trajera nuestros ansiados regalos.

Sigue maravillándonos en nuestros hijos y nietos e intentamos alargarla lo más posible como si entrar en el mundo de los adultos fuera entrar en el mundo del pecado, de la realidad. Y en eso estamos acertados.

En los juicios del hombre hay inocentes y culpables, con y sin razón, con y sin justicia. Pecadores que se consideran justos juzgando a otros que consideran no lo son.

Entrar en el mundo de la razón es todo menos razonable por ello hemos hecho de la inocencia algo que nos es ajeno, que hemos re-catalogado como falta de picardía, de malicia a lo sumo. Ignoramos voluntariamente que la pureza es inocente e impoluta, porque somos todos culpables e impuros y esto nos retrataría.

Se dice de los cristianos que somos masoquistas, que nos gusta llevar la carga de la culpa como lastre en nuestras vidas. La realidad es que somos todo lo contrario, estamos llenos de esperanza porque sabemos que nuestra carga la cogió Jesús y la expió por mí, por ti, en la cruz. Ser consciente de esto no nos hace menos responsable de nuestros actos pero sí nos obliga a ser consecuentes con nuestra actitud frente al pecado.

Cada cual se imagina el paraíso a su manera, lo customiza. Es normal y humano y por mucho que busquemos explicaciones detalladas en la Biblia, estas no son lo suficientemente explicitas para visualizarlo con toda claridad. Dios en su inmensa sabiduría era, es y será siempre consciente de nuestra condición y no quiere que nos hagamos becerros de oro de aquello que es su promesa, al fin y al cabo los humanos somos expertos en idolatrar.

No sé cómo será el paraíso pero lo que sí sé, con toda la fuerza de mi fe, es como me veo yo en él, con la inocencia original devuelta a mis ojos, mi corazón y mi espíritu. Volviendo a ser el niño que nunca debí negar en mí, frente a su Padre y creador. Depender de Él como del aire que respiro, confiar en él ciegamente y alabarlo y honrarlo con todo mi corazón.

Algunos piensan en el paraíso como un sitio de placeres pero eso solo testifica de nuestra secularidad, porque el placer supremo no está en la consciencia humana de sus efectos sino en recuperar la inocencia divina que nos acerca a Dios nuestro Padre y Creador.

La inocencia es un estado eterno que solo Dios puede devolvernos.

Lavaré en inocencia mis manos, y así, Jehová, andaré alrededor de tu altar (Salmo 26:6)

Si supierais qué significa: “Misericordia quiero y no sacrificios”, no condenaríais a los inocentes (Mateo 12:7)


Que Dios os bendiga, Alfons <><

Primera edición del libro electrónico con 1 año de reflexiones, versículos e ilustraciones de Manuel Redondo, a la venta en Amazon:

http://www.amazon.com/dp/B00D7IM000
http://www.facebook.com/UnDiaUnaReflexionUnVersiculo
http://un-dia-una-reflexion-un-versiculo.blogspot.com/
http://undiaunareflexionunversiculo.wordpress.com/

Església Evangèlica La Gràcia de Déu
Ciutat de Balaguer, 40, Barcelona
Cada domingo a las 18 00, ¡OS ESPERAMOS!

No hay comentarios:

Publicar un comentario