LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

jueves, 10 de enero de 2019

SANTIDAD

No hay camino de santidad sin pruebas de la misma forma que no hay caminante si camino. (Anónimo)

El hombre es el único animal que solo aprende a golpe de pruebas. Su incapacidad de retentiva espiritual es equivalente a su capacidad de reiterativa pecaminosa.

Un ejemplo de enseñanza tan sencillo, tan binario como no hacerse imágenes y menos adorarlas se ha transformado en el culto a las estampillas, a las que unos se encomiendan y otros atesoran como dioses paganos dotados de poderes de intercesión o de milagros.

El hombre tiene una necesidad constante de pretender imitar a Dios en lugar de intentar imitar a Jesús. La diferencia es importante, tremenda, abismal, porque el hombre nunca será un dios. Por ello Dios se hizo hombre a través de Jesús para que aprendiéramos a ver lo que nuestra condición nos impedía. Lo que nuestro pecado obviaba, que somos hijos del Dios viviente que solo por Él y a través de Jesús, podemos encontrar el camino de santidad. Ese mismo que hace emerger lo bueno que hay en nosotros y que, mediante las pruebas, doma el pecado que también mora en nosotros. Pero no nos engañemos, en sí, somos incapaces de acercarnos a Dios. Estamos manchados por el pecado, el nuestro y el de toda la humanidad. Pero eso no es motivo de desesperación ni de abatimiento porque nuestro Padre nos ama más allá de nuestra condición y su Gracia cubre nuestros testimonios. Por ello tuvo que sacrificar a su Hijo primogénito, para hacernos ver el precio de su amor. Y nosotros nos dedicamos a ignorarlo o menospreciar su sacrificio.

Se confunde el objetivo de una vida con el testimonio de otra. La mayoría de los llamados “santos” por algunos han tenido una vida de testimonio a Jesús y a Dios pero como tantos y tantos anónimos de la historia. Ninguno, ni tan solo el rey David o Moisés o Abraham son dignos de adoración, ninguno. Son, con sus sombras y destellos, ejemplos a seguir pero no idolatrar. Solo Dios es digno de recibir gloria, honra y honor. Pero los hombres somos tan afanosos de idolatría que a lo largo de toda la humanidad hemos construido becerros de oro o estampillas de santos a cuantos más mejor.

Una de las grandes diferencias entre las religiones y la vida espiritual es que en las religiones el hombre es el protagonista, llámese Papa y su cohorte de santos, obispos, etc.. Buda, Krishna o otros…

En la vida espiritual solo existe la relación que uno tiene con Dios, sin intermediarios que no sean Jesús. Sin guía que nos sea la Palabra de Dios. En ella no hay contaminación humana ajena ni interpretación que impida que nos acerquemos al Padre a través de Jesús y ese es el único camino de santidad que todos deberíamos emprender. No nos hace vistosos ni famosos a los ojos del mundo pero nos hace propios y preciados a los ojos de Dios.

4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, 6 y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. (Éxodo 20:4-6)

Que Dios os bendiga, Alfons <><

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