El ciego cree lo que oye, el sordo lo que ve, el que carece de ambos cree lo que siente, ¿Y el que carece de todo, en qué puede creer?
Cuando nos giramos para no ver, nos tapamos las orejas para no oír y nos insensibilizamos para no sentir, hacemos de nuestro corazón un órgano inútil.
La incredulidad obvia los sentidos de la vida y la deja sin sentido.
La diferencia entre crédulo y creyente es que el primero confía en los hombres mientras el segundo solo confía en Dios.
Creer es más fácil que no creer, y si no lo crees piensa en que muestras necesitas para creer y lee la Biblia, encontrarás en ella tu respuesta.
"Respondió Jesús, y díjoles: esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado" Juan 6:23
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