BUENOS PROPÓSITOS, MALAS OMISIONES

Quién no se ha encontrado en la situación de elegir entre actuar y no
involucrarse, todos hemos y volveremos a experimentar este tipo de
situación, incomoda y acuciante.

La prudencia es de sabios más la omisión de cobardes.

No todo es bueno decir como no todo es bueno callar, el corazón debe ser
nuestro guía porque la razón no alcanza para tanto.

Quien calla, otorga, es un viejo refrán que nos recuerda que la inhibición
es una actuación en sí, guiada por el miedo más que por el temor a
equivocarse.

Los buenos propósitos son aquellos que hacen que nos arriesguemos a fallar
con el corazón porque sentimos lo que decimos y el temor nos impone respeto.
La prudencia nos hará escoger las palabras adecuadas pero no renunciar a
ellas.

Las malas omisiones son aquellas que hacen que nos neguemos a exponernos a
la equivocación porque nuestra razón es más poderosa que nuestro corazón y
nos atenaza de miedo al error.

En esta vida no hay respuestas seguras como no hay verdades absolutas, solo
en nuestras gestas averiguamos el bien o el mal fundado de nuestros hechos
pero tendemos a obviar lo más importante: no hay camino seguro sin tropiezos
mas solo llega aquel que se levanta una vez más que cae.

Un amigo, un hermano, un enemigo te agradecerán tu sinceridad si, esta, es
de corazón y respetuosa. Igual no en el momento de sentirla, pero que cuenta
en verdad, ¿el instante o el resto de los instantes? Hay que saber dar
tiempo a las verdades para cobren vida, cuanto más nos interpelan más tardan
en hacerse visibles a nuestros ojos.

Es bueno tener el sentimiento de responsabilidad cuando nos sinceramos, no
por ello supone culpa. La prudencia es guía sabia en tierras movedizas, mas
la inmovilidad hace que nos hundamos.

La diferencia entre los buenos propósitos y las malas omisiones esta en el
amor que ponemos en todo lo que hacemos y decimos, el amor genuino versus el
amor a sí mismo.

Y si todavía tenemos dudas solo miremos como actuaba Jesús. Políticamente
incorrecto, provocador, retador, exhortador pero también amoroso, justo,
comprensivo, misericordioso. Nunca renunció a nosotros y se lo pusimos
difícil, no renunciemos a nuestros seres queridos aunque suponga
arriesgarnos de buena fe y por amor.

"4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es
jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no
se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, mas se goza de
la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta."
1 Corintios 13:4-7

Que Dios os bendiga, Joves, Alfons <><

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