UNA GUERRA SIN FIN

Cada día nos levantamos y enfrentamos a las batallas de nuestra vida, las
que queremos y las que no, las que buscamos y las que no pero hay días que
uno preferiría cerrar los ojos y hundirse en un sueño olvidadizo que lo
aleje del campo de batalla. Que un silencio reparador invada su cuerpo y su
mente. Que todo en él este en reposo, en paz.... y suena el despertador!!!

Algunos se levantan para ir a trabajar y otros porque no tienen trabajo.
Algunos les invaden las preocupaciones laborales y otros la angustia de un
día más sin respuesta.

Hay quién se levanta bajo un techo con un café humeando y la sonrisa de su
pareja como bienvenida al nuevo día y quién no tiene ni techo, ni plato en
la mesa, ni a quién mirar con desespero en la lacra de su miseria.

Unos lloran de risa, otros de rabia, mismas lagrimas hijas de sentimientos
opuestos, porque las alegrías y las penas son consecuencias de nuestras
batallas en una guerra sin fin.

La ilusión alimenta nuevas contiendas por venir, las que ansiamos ganar,
mientras el desasosiego nutre nuestros combates del pasado, los que perdimos
pero que cada día pagamos con el corazón en un puño.

Animo y desanimo, como paz y guerra son las dos caras de una misma moneda
pero uno acaba pensado que la segunda pesa más que la primera porque si bien
lo bueno parece etéreo, lo malo parece eterno, como una guerra sin fin.

El ser humano que se enfrenta una guerra sin fin, no sabe discernir el fin
de su vida, su propósito, su razón de ser. Cuando descubrimos a Dios, a
Jesús y al Espíritu Santo, las hazañas bélicas desaparecen porque ya no hay
batallas para quién ganó la guerra por nosotros.

Qué fácil es decir esto y qué difícil es vivirlo, nuestro Señor lo sabe más
que nadie, con su vida pago por nosotros y ahora tú, yo, cada alma en pena
debemos elegir entre su amparo y una guerra sin fin.

"5 Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora;
porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; 6 de manera que podemos
decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda
hacer el hombre." Hebreos 13: 5-6

Que Dios os bendiga, Joves, Alfons <><

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