su vida.
El mundo clama constantemente sus verdades, tan absolutas como ambiguas, tan
rectas como aviesas. Poco que decir, mucho que callar en una sociedad donde
impera el poder, el dinero, el éxito y la fama.
El testigo mudo obra en silencio, con mansedumbre, humildemente, sin nombre
ni renombre porque sabe que todo aquello que no es visto por el hombre sí lo
es por Dios.
Yo estuve en los Juegos Olímpicos ¿Sí? Y quién, mientras, ha estado aquí?
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611 Conéctate, mira fijamente el grito silencioso de nuestra vergüenza y,
si no enmudecemos, si no nos concienciamos de lo fútiles que son nuestras
preocupaciones comparadas con la realidad escondida, nunca seremos un buen
testigo mudo.
Mas no hace falta ir a África para ver rostros marcados por la miseria, en
nuestras ciudades, en nuestros barrios quién no ve cada día más rostros
devorados por el hambre y la desesperación. Solo un gesto discreto de cada
ser sensible repararía tal injusticia. Y no sucede. ¿Por qué? No hay
respuesta que disculpe tal realidad.
Mas no toda hambruna es vistosa a los ojos del hombre porque la falta de
alimento espiritual también nos sumerge en las catacumbas de nuestra
condición. Por ello si no tienes éxito eres un don nadie, si no tiene
trabajo no existes, si no tienes millones de amigos en Facebook nadie te
quiere. El parecer impera sobre el ser. Nada más normal, somos tan
miserables que nos afanamos a parecer no serlo.
Cómo es el hombre que siempre encuentra donde ahondar en su desgracia, cómo
somos que nos es más fácil girar la mirada que dar la mano.
No hace falta grandes gestas, que no seriamos capaces de emprender, mas con
actos sencillos, con amor, con compasión, con nuestro corazón por guía
encontraremos la forma de actuar en la sombra y ser un testigo mudo de lo
que nos enseña la Palabra, querer a los demás como a nosotros mismos y eso
que Jesús nos quiso más que a él mismo.
El testigo mudo es ejemplo para los demás, el que habla mucho siempre habla
demasiado y acaba no diciendo nada.
"El buen samaritano
25 Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle:
Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? 26 Él le dijo: ¿Qué
está escrito en la ley? ¿Cómo lees? 27 Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al
Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus
fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. 28 Y le dijo:
Bien has respondido; haz esto, y vivirás. 29 Pero él, queriendo justificarse
a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? 30 Respondiendo Jesús,
dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de
ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio
muerto. 31 Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y
viéndole, pasó de largo. 32 Asimismo un levita, llegando cerca de aquel
lugar, y viéndole, pasó de largo. 33 Pero un samaritano, que iba de camino,
vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; 34 y acercándose,
vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura,
lo llevó al mesón, y cuidó de él. 35 Otro día al partir, sacó dos denarios,
y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo
te lo pagaré cuando regrese. 36 ¿Quién, pues, de estos tres te parece que
fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? 37 Él dijo: El que usó
de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo."
Lucas 10:25-37
Que Dios os bendiga, Joves, Alfons <><
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