COGITO ERGO SUM

"Pienso, luego existo" ¿De verdad pensamos lo que
decimos? Porque si así es no es sorprendente que nuestra existencia sea tan
desgraciada.

Esta declaración es una sentencia condenatoria porque nos hace responsables
de nuestra existencia y todas sus consecuencias, sería más apropiado decir:
"cuando pienso ya no quiero existir".

El racionalismo es un estigma claro de la sociedad moderna, nos obliga a
poner razones a todo incluso a la sinrazón.

La razón es madre de la desazón, si es en culto de reverencia, porque cuando
el hombre no encuentra explicación, las cosas dejan de existir para él, no
por ello dejan de ser.

El hombre quiere acarrear más de lo que puede soportar y se define a sí
mismo con condescendencia pero también con falta de esperanza porque todo lo
que existe tiene fin y por mucho que piense todo se acaba, hasta sus
pensamientos.

Para un hijo de Dios la frase es tal vez más esperanzadora aunque
políticamente menos correcta:

"Tengo fe, luego dejaré de existir para ser, junto al Padre."

La fe vale más que mil pensamientos y ¿para qué querer existir en este mundo
si nuestro Señor nos ofrece la eternidad a su lado?

"40 Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios,
estando en la misma condenación? 41 Nosotros, a la verdad, justamente
padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste
ningún mal hizo. 42 Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu
reino. 43 Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo
en el paraíso." Lucas 23:40-43

Que Dios os bendiga, Joves, Alfons <><

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