De tanto pretender aceptar a los demás como son acabamos justificando
nuestros propios pecados.
La diferencia entre tolerancia y permisividad es la misma que la que existe
entre respeto y veneración, el exceso siempre nos aboca al error.
El filo de la navaja separa el acantilado, de la llanura de nuestra
condición. Corta con nitidez lo aceptable de lo inaceptable y nos deja
frente a una elección constante entre tolerancia y permisividad.
La decadencia de nuestra sociedad confunde la tolerancia cero con la
intolerancia, si no somos capaz de discernir entre la maleza y los verdes
pastos ¿como sembraremos buenos frutos?
La tolerancia no es aceptar todo del otro mas sí aceptar el otro como un
todo.
La permisividad es la renuncia a decidir entre lo que me es licito y lo que
no me conviene.
Por suerte o por desgracia para el hombre, la diferencia entre tolerancia y
permisividad está en las intenciones que pone en valorar los actos ajenos o
propios con más o menos condescendencia.
La tolerancia se practica con amor, la permisividad con lascivia.
Debemos devolverle a la palabra tolerancia su sentido original que implica
respeto sin sumisión porque solo Dios es digno de ella.
Que Dios os bendiga, Joves, Alfons <><
"Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo
edifica." 1 Corintios 10:23
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