"-¿Maestro es usted profeta?
-¿Qué es un profeta para ti, joven preso de tanta curiosidad?
- Bueno, pues alguien que hace profecías, que predice el futuro?
- ¿Es importante para ti conocer el futuro?
- Claro maestro, si sé lo que pasará podre actuar en consecuencia y si es
necesario intentar cambiarlo.
- ¿Te has preguntado por qué los hombres buscan constantemente conocer el
futuro cuando casi siempre ignoran su presente?
- No lo entiendo maestro, está usted jugando con los tiempos.
- Sí joven, los hombres jugamos constantemente con los tiempos pero no
podemos con el tiempo. De tanto querer saber qué hay al final del camino
acabamos perdiéndonos en callejones sin salida.
- Pero no se dice que el conocimiento es poder. Si sabemos lo que sucederá
antes que los demás podemos controlar.
- No joven, el saber solo es poder cuando lo usas para bien ajeno, no cuando
lo usas contra los demás porque entonces se transforma en vanidad.
- Entiendo maestro, no estamos preparados para ser profetas.
El maestro le respondió con una gran sonrisa y le dijo:
- No pretendo confundirte joven pero la verdad es que estamos llamados a ser
profetas todos aquellos que hemos entregado nuestra vida al Señor.
- ¿Y predecir el futuro?
- La obra de un profeta nos es predecir el futuro, esta definición es de los
hombres para su propia concupiscencia. La obra de un profeta es hablar en
nombre y por inspiración de Dios. Cuando esto sucede somos profetas en
tierra hostil, y esto es nuestro cometido en este mundo. Cada vez que citas
la Palabra eres profeta porque todo lo que está en ella ha sido, es y será
para bien de los hombres. ¿puede haber visiones futuras cuando Dios nos
utiliza como voz para sus palabras? Claro que sí, pero lo más importante es
el contenido, su enseñanza.
- Bueno maestro voy a ver a mis amigos y decirles que soy profeta.
- No pronuncies el nombre de Dios en vano, deja que Él decida por ti y serás
profeta, no adivino. Piensa con el corazón lo que tu mente es incapaz de
asimilar y lo entenderás.
Joven, no te olvides nunca que el más gran profeta que ha conocido este
mundo es Jesús, nuestro Señor, el ejemplo a seguir.
Ambos continuaron el paseo en silencio
"y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que
Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas
primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos."
Zacarías 7:12
Que Dios os bendiga, Joves, Alfons <><
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