UN SOPLO EN EL CORAZÓN

Cuando el motor de la sangre deja de ser una mecánica perfecta y sus latidos
ven su ritmo perfecto truncado por un ruido inoportuno, todo esfuerzo se
transforma en una montaña infranqueable.

Algunos pensarán, enfermedad, dolor, ¿un soplo en el corazón?

No siempre lo que parece es, ni lo que es lo parece, no siempre lo que duele
en el corazón viene de la razón.

Cuando todo lo que hacemos agota nuestra última gota de voluntad, cuando
todo lo que sentimos carcome nuestra última esperanza, tenemos un soplo en
el corazón.

Hay días en que la lluvia y el frío son dulces y suaves comparados con
nuestro sentir, que una copa de buen vino solo sería amargor en nuestro
interior.

Hay días que despertarse es una provocación a nuestra capacidad de vivir,
que no deseamos nada porque sencillamente no podemos ni tan solo querer.

Hay días que el viento sopla en los corazones heridos, que la lluvia moja
los sentimientos magullados, esos días, cuando miramos a nuestro alrededor,
están llenos de vacio murmurante de gente, de lagrimas que se deslizan sobre
las paredes de nuestro interior, esos días la vida es fuego lento devorador.

Tengo un soplo en el corazón que me impide respirar, Señor, solo tú puedes
el milagro de transformarme porque solo necesito un soplo de tu amor.

"De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el
mundo se alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se
convertirá en gozo." Juan 16:20

Que Dios os bendiga, Joves, Alfons <><

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