Soy noticia, luego existo (DESCARTES del siglo XXI).
Los medios son antropófagos de eventos, tanto reales como aquellos creados para alimentar la vorágine informativa.
Las calamidades del mundo aparecen tan rápido en pantalla como se desvanecen pero no por ello desaparece la realidad que se esconde detrás.
¿Quién se acuerda hoy de la gripe aviar? Y siguen sus estragos.
¿Quién se acuerda hoy de las vacas locas? Y siguen sus estragos.
¿Quién se acuerda hoy de las masacres de Boko Haram? Y siguen sus estragos.
Etc… etc…
Igual mañana todos los telediarios vuelven a hablar de una de estas calamidades y renacerán de sus cenizas en nuestras mentes como si acabaran de aparecer, como noticia. Pero la verdad es que olvidar no hace desaparecer, ni recordar hace aparecer aquello que está sucediendo.
Tantos eventos superan nuestra capacidad de aceptación de lo que está pasando porque nuestra mente no da para tanto y hacen de la noticia un producto de consumo en lugar de que sea información para nuestra edificación.
Hoy queremos estar informados de todo y sobre todo. Resultado de ello perdemos la perspectiva y la capacidad crítica porque la cantidad de información anula nuestra capacidad de análisis. Aunque para ello tenemos a los tertulianos de los medios de comunicación, expertos en opinar de todo lo que equivale a: NADA.
Las noticias de hoy deberían llamarse “Las Malicias” porque casi todas son malas.
¿A cuándo el noticiario de las buenas nuevas? Pero claro, eso no vende, incluso podría acabar fomentando envidia y rencor. El pecado en su expresión más natural. Aquel mismo que crucificó a nuestro Señor por ser noticia de salvación.
¿Soy noticia, luego existo? Puede ser, pero no por ello, soy!!!
“El espíritu de Jehová, el Señor, está sobre mí, porque me ha ungido Jehová. Me ha enviado a predicar buenas noticias a los pobres, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos y a los prisioneros apertura de la cárcel” (Isaías 61:1)
Que Dios os bendiga, Alfons <><
Primera edición del libro electrónico con 1 año de reflexiones, versículos e ilustraciones de Manuel Redondo, a la venta en Amazon:
http://www.amazon.com/dp/B00D7IM000
http://www.facebook.com/UnDiaUnaReflexionUnVersiculo
http://un-dia-una-reflexion-un-versiculo.blogspot.com/
http://undiaunareflexionunversiculo.wordpress.com/
Església Evangèlica La Gràcia de Déu
Ciutat de Balaguer, 40, Barcelona
Cada domingo a las 18 00, ¡OS ESPERAMOS!
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Las calamidades del mundo aparecen tan rápido en pantalla como se desvanecen pero no por ello desaparece la realidad que se esconde detrás.
¿Quién se acuerda hoy de la gripe aviar? Y siguen sus estragos.
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¿Quién se acuerda hoy de las masacres de Boko Haram? Y siguen sus estragos.
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Igual mañana todos los telediarios vuelven a hablar de una de estas calamidades y renacerán de sus cenizas en nuestras mentes como si acabaran de aparecer, como noticia. Pero la verdad es que olvidar no hace desaparecer, ni recordar hace aparecer aquello que está sucediendo.
Tantos eventos superan nuestra capacidad de aceptación de lo que está pasando porque nuestra mente no da para tanto y hacen de la noticia un producto de consumo en lugar de que sea información para nuestra edificación.
Hoy queremos estar informados de todo y sobre todo. Resultado de ello perdemos la perspectiva y la capacidad crítica porque la cantidad de información anula nuestra capacidad de análisis. Aunque para ello tenemos a los tertulianos de los medios de comunicación, expertos en opinar de todo lo que equivale a: NADA.
Las noticias de hoy deberían llamarse “Las Malicias” porque casi todas son malas.
¿A cuándo el noticiario de las buenas nuevas? Pero claro, eso no vende, incluso podría acabar fomentando envidia y rencor. El pecado en su expresión más natural. Aquel mismo que crucificó a nuestro Señor por ser noticia de salvación.
¿Soy noticia, luego existo? Puede ser, pero no por ello, soy!!!
“El espíritu de Jehová, el Señor, está sobre mí, porque me ha ungido Jehová. Me ha enviado a predicar buenas noticias a los pobres, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos y a los prisioneros apertura de la cárcel” (Isaías 61:1)
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