Hay quien tiene voluntad y la cumple, pero más hay, como yo, que quieren pero no pueden, o no saben, o se equivocan y después se arrepienten, incapaces de lograr lo pretendido. Estos últimos somos adictos a la “voluincapacidad” y debemos luchar día tras día contra esta realidad que quebranta nuestra buena voluntad.
Un buen ejemplo son mis reflexiones. Algunos podrían estar tentados en pensar que para escribir hay que sentir y cumplir aquello que se escribe. En mi caso, nada más lejos de la realidad. Humildemente escribo lo que Dios pone en mi corazón pero en la mayoría de los casos soy de aquellos que deben luchar diariamente para que la “voluincapacidad” no destroce mi voluntad.
Volubles son mis designios frente a la tentación y lucha diaria es la mía para dar un pasito de hormiga.
Sé que no estoy solo frente a tal realidad, es más creo que muchos queremos y no podemos, pero si creemos y confiamos en el Señor, sí podremos. Porque él no lavara de todos nuestros tropiezos y nos guiará hacia la liberación de nuestra condición.
Me creo hombre de mucha determinación pero soy persona de poca voluntad, alcanzado constantemente por la “voluincapacidad” de mi condición. Admitir esto es entender y aceptar que solo por gracia seremos salvos. No es un cheque en blanco porque ha sido pagado por la sangre de Jesús y es fruto del amor de nuestro Padre.
No por ello debemos cesar en el empeño porque puede errar pero no puedo ni quiero rendirme al pecado, solo a Jesús. Amen
14 Sabemos que la Ley es espiritual; pero yo soy carnal, vendido al pecado. 15 Lo que hago, no lo entiendo, pues no hago lo que quiero, sino lo que detesto, eso hago. 16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la Ley es buena. 17 De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que está en mí. 18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no habita el bien, porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. 19 No hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que está en mí. (Romanos 7:14-20)
Que Dios os bendiga, Alfons <><
Primera edición del libro electrónico con 1 año de reflexiones, versículos e ilustraciones de Manuel Redondo, a la venta en Amazon:
http://www.amazon.com/dp/B00D7IM000
http://www.facebook.com/UnDiaUnaReflexionUnVersiculo
http://un-dia-una-reflexion-un-versiculo.blogspot.com/
http://undiaunareflexionunversiculo.wordpress.com/
Església Evangèlica La Gràcia de Déu
Ciutat de Balaguer, 40, Barcelona
Cada domingo a las 18 00, ¡OS ESPERAMOS!
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Sé que no estoy solo frente a tal realidad, es más creo que muchos queremos y no podemos, pero si creemos y confiamos en el Señor, sí podremos. Porque él no lavara de todos nuestros tropiezos y nos guiará hacia la liberación de nuestra condición.
Me creo hombre de mucha determinación pero soy persona de poca voluntad, alcanzado constantemente por la “voluincapacidad” de mi condición. Admitir esto es entender y aceptar que solo por gracia seremos salvos. No es un cheque en blanco porque ha sido pagado por la sangre de Jesús y es fruto del amor de nuestro Padre.
No por ello debemos cesar en el empeño porque puede errar pero no puedo ni quiero rendirme al pecado, solo a Jesús. Amen
14 Sabemos que la Ley es espiritual; pero yo soy carnal, vendido al pecado. 15 Lo que hago, no lo entiendo, pues no hago lo que quiero, sino lo que detesto, eso hago. 16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la Ley es buena. 17 De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que está en mí. 18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no habita el bien, porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. 19 No hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que está en mí. (Romanos 7:14-20)
Que Dios os bendiga, Alfons <><
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