Las necesidades que te hacen ladrón te roban el corazón.
Las necesidades que te hacen mentir engañan tu porvenir.
El mundo está lleno de necesitados, los que más son aquellos que creen todo lo tienen, los que menos son aquellos que saben que nada les pertenece.
El mundo ensalza las riquezas del cuerpo y menosprecia las riquezas del corazón por eso hay tantos necesitados.
La abundancia de bienes nos corrompe, su falta nos purifica o rompe.
Sobra lo fútil donde mana lo útil, para los hijos de Dios.
Sobra lo útil donde mana lo fútil, para los hijos del mundo.
Nosotros elegimos lo que nos sobra y lo que mana.
El necesitado no es aquel que pide, mas sí aquel que espera. Por ello debemos siempre dar a aquel que espera, sin esperar a que nos pida porque es pecado de vanidad creer que damos cuando lo que damos nos es nuestro sino del Padre.
“En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.” Hechos 20:35
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