LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

lunes, 2 de abril de 2012

Un día, una reflexión, un versículo: En busca de la felicidad

- Dime maestro ¿cómo se encuentra la felicidad?

- Respira hondo, escucha atentamente ¿qué oyes?

- Nada maestro, todo está en silencio

- Dame la mano y caminemos. Cierra los ojos, concéntrate y escucha, pero escucha dentro de ti y no fuera, ¿qué oyes?

- El latido de mi corazón, mi respiración, mis pasos.

- Bien, ahora olvida tu cuerpo y piensa en tu alma, piensa en su creador, en tu creador, en el amor que ha hecho posible que por su gracia seas salvo. No digas nada y continua caminando, piensa en la paz interior y la seguridad que rodean tu vida cuando se la entregas a Dios. Déjate guiar por tu Padre, entrégate a Él.

Silencio…………..Siguen caminando, el Joven con los ojos cerrados, de la mano de su maestro.

- Abre los ojos, Joven, ¿qué ves?

- Que estamos a la orilla de un precipicio y que tengo miedo maestro

- No me mires a mí, pon tu mirada en Él y tus miedos desaparecerán.

La felicidad joven no está fuera, nace dentro de nosotros. Como tu mirada, cada vez que esta se evade hacia el exterior pierde la seguridad de quién la guía.

Nuestro Padre nos da la mano a lo largo de todo el camino de nuestra vida, su presencia nos acompaña en todo momento, ¿le das tú siempre la mano o solo cuando más te conviene?

La felicidad no se busca, ella te encuentra cuando pones tu mirada en Dios. Porque Él es la fuente de toda felicidad. Por eso, joven, a menudo somos infelices, porque nos olvidamos de buscarlo a Él.

El Joven volvió a cerrar los ojos y su cara encontró la felicidad.

“1 Me volví y vi todas las violencias que se hacen debajo del sol; y he aquí las lágrimas de los oprimidos, sin tener quien los consuele; y la fuerza estaba en la mano de sus opresores, y para ellos no había consolador. 2 Y alabé yo a los finados, los que ya murieron, más que a los vivientes, los que viven todavía. 3 Y tuve por más feliz que unos y otros al que no ha sido aún, que no ha visto las malas obras que debajo del sol se hacen.” Eclesiastés 4:1-3

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