AMOR PROPIO

El amor propio, solo, no es propio del amor. (Anónimo)

El amor propio nace de nuestra mente, el amor ágape de nuestro corazón y el hombre necesita ambos para vivir.

No puedes amar a los demás sin amarte a ti mismo. No puedes perdonar a los demás si no aceptas el perdón de tu redentor y te perdonas a ti mismo.

El amor propio en exceso es pura vanidad, en escasez es pura debilidad.

” La caridad bien entendida empieza por uno mismo”, es una frase incompleta. La frase en su totalidad debería ser:” La caridad bien entendida empieza por uno mismo para poder prodigarse siempre con los demás”.

El amor propio es como un caballo difícil de domar que tienes que controlar constantemente para que no se te desboque.

No hay que confundir amor propio y autoestima. Si bien la autoestima es la buena consideración que uno tiene de sí mismo, el amor propio, además, se basa en la buena consideración que uno considera que los demás deben tener de él.

En un mundo hedonista, ególatra, egocéntrico como el nuestro se ha hecho del amor propio un culto a sí mismo, intocable e intachable joya de nuestro ego.

Cuando nos tocan el amor propio se despiertan todos los sentimientos que moran en nosotros, los buenos y los malos. De nuestra capacidad en dominar lo negativo y alimentar lo positivo saldrá el yo verdadero de cada uno, aquel que Dios nuestro Padre ya conoce pero que nosotros a veces ignoramos.

Aquél, respondiendo, dijo: —Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a timismo.(Lucas 10:27)
Que Dios os bendiga, Alfons <><

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