Un día, una reflexión, un versículo: ¿Alma gemela o propósito?

En algún lugar, en algún momento, cuando menos te los esperas y rara vez
cuando más los deseas, se puede cruzar en tu vida la otra parte de ti
mismo/a.

Hay que saber esperar para poder encontrarla, pero no siempre tiene la forma
que uno quiere mas sí la que más nos conviene a pesar de nosotros mismos.
Puede ser una persona o un propósito, no siempre cumple nuestros sueños mas
sí nos hace cumplir el designio para el que fuimos creados. Aceptarlo es
vivir vivo, negarlo es vivir muerto.

A veces una vida no basta para que topemos con nuestra alma gemela, y nos
preguntamos "¿Por qué?" Pero esa no es la pregunta correcta, aunque sí la
más obvia.

"¿Para qué Señor? Hazme ver y entender tu voluntad y que así sea." Este es
el camino que debemos seguir cuando no comprendemos o aceptamos lo que nos
está pasando.

Las preguntas más obvias son crueles porque nos inducen a buscar las
respuestas que deseamos.

Las preguntas más profundas son difíciles de hallar porque nos obligan a ver
la realidad a la que nos enfrentamos.

De la costilla del hombre salió la mujer y si en comunión de corazón vuelven
a ser uno alabado sea Dios, mas si nuestro corazón no es de otra persona
será porque para los demás ha de ser.

No todos los caminos del Señor te dan lo que quieres pero siempre te ofrecen
lo que necesitas por ello si no has encontrado tu alma gemela todavía no te
impacientes, busca el propósito que Dios tiene para ti y encontrarás tu
camino ya sea acompañado por tu alma gemela o guiado por tu propósito.

Debemos cuidar nuestra conducta porque de tanto buscar nuestra alma gemela
podemos obviar nuestro propósito y acabar perdidos en la nada.

"22 De la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la
trajo al hombre. 23 Dijo entonces Adán:«¡Ésta sí que es hueso de mis huesosy
carne de mi carne! Será llamada "Mujer", porque del hombre fue tomada.»24
Por tanto dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y
serán una sola carne." Genesis 2:22-24

"1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 «No tomarás para ti mujer, ni
tendrás hijos ni hijas en este lugar. 3 Porque Jehová dice que los hijos y
las hijas nacidos en este lugar, las madres que los den a luz y los padres
que en esta tierra los engendren, 4 morirán de dolorosas enfermedades, y no
serán llorados ni sepultados, sino que serán como estiércol sobre la faz de
la tierra. Con espada y con hambre serán consumidos, y sus cuerpos servirán de comida a las aves del cielo y a las bestias de la tierra.» Jeremías
16:1-4

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