LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

lunes, 11 de junio de 2012

Un día, una reflexión, un versículo: Un día gris para mi alma

Los caminos del desamparo están llenos de almas perdidas, se buscan y no se encuentran, gritan y no se oyen y lloran y lloran lagrimas amargas de
acritud que caen en el vacío de la soledad.

Sabedor de mi pecado soy compañero perdido en la penumbra de mis
remordimientos como barco abandonado a los escollos de mi torpeza.

Me niego a lo justo y me abandono a lo injusto, rehúyo lo bueno y me recreo
en lo malo. Sé que no obro para bien, y mi corazón clama mi despertar pero
mi razón lo amordaza y adormece mi voluntad.

El día se levanta gris como mi alma que solloza por culpa de mi orgullo
indomable. Mis pensamientos se hunden por el peso de tantos tropiezos y no
encuentro paz.

Descubro una vez más lo obvio, soy lo que no quiero y quiero lo que no soy
pero no consigo romper el maleficio, siempre recaigo y me arrodillo frente a
mis propias iniquidades.

Soy débil, nada nuevo bajo el sol.

Sé que yo no cambiaré mi condición pero también sé que mi Padre me conoce
más que yo mismo, que me quiere, me perdona y espera que a Él vaya con
corazón contrito de remordimiento. Él dio su hijo en sacrificio por nuestros
pecados, y Jesús es el rayo de sol que ilumina la vida de los que lo buscan.

Señor, hoy es un día gris para mi alma, a ti me entrego una vez más
apesadumbrado por mis pecados, renuévame Señor y haz de mi camino un canto a
tu gloria.

No hay oscuridad que se resista al sol, solo los hombres erguidos por su
orgullo interponen su sombra.

"15 Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo
que aborrezco, eso hago. 16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la
ley es buena. 17 De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el
pecado que mora en mí. 18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora
el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. 19 Porque
no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20 Y si
hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. 21
Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.
22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; 23 pero
veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que
me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. 24
!!Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? 25 Gracias
doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente
sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado. Romanos
7:15-25

http://www.facebook.com/UnDiaUnaReflexionUnVersiculo

http://un-dia-una-reflexion-un-versiculo.blogspot.com/

No hay comentarios:

Publicar un comentario