LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

miércoles, 27 de junio de 2012

Un día, una reflexión, un versículo: Guíame Padre

Padre,

Todos los días de mi vida he tenido y tengo que decidir el camino a seguir,
no mi camino sino el que tú me has puesto delante.

De joven el ímpetu me hacía ver todo con claridad, la claridad de los
ciegos, la que solo te deja ver aquello que quieres y no aquello que debes.
Pero tú me has trabajado, como el alfarero, que hace y rehace la vasija
hasta su forma definitiva. Me has hecho consciente de mis debilidades y
también de mis capacidades. La madurez me ha vencido y convencido de mi
condición y sé que solo en ti tengo respuesta a mis inquietudes y mis
quietudes.

Cuando miro atrás veo en la lejanía todas aquellas certezas e ilusiones que
rodearon mi juventud, llenas de soberbia pero también de candidez, de
orgullo pero también de inocencia. Todo lo ocurrido en mi vida está en mis
recuerdos, es como el agua que mana del rio al pantano, no para de fluir
pero el pantano sigue igual, porque mi vida se llena de ti vaciándose del
mundo.

Ahora que los años me han dado lo que la juventud no me permitió, el deseo
de vivir para ti, tengo el temor de no corresponderte como tú quieres. Sé
que ya sabes, sé que nos amas con pureza divina pero estoy perdido, tengo
miedo de equivocarme y temor de fallarte. No sé cómo puedo yo encontrar el
camino que se me presenta en estos días, solo tú puedes guiarme Señor.

Cuanto más seguro de sí mismo se cree estar el hombre en su madurez, más
consciente de mi debilidad me siento yo.

Estos días son para mi vida y la de mi familia, días de cambios, de esos
momentos en los que uno sabe que lo que deja atrás nunca más será. Es tu
voluntad, y que así sea. Tú eres mi hacedor y nada soy sin tu gracia. Señor,
me invade el temor de errar en mis decisiones y de no actuar como tú esperas
de mi. Necesito que pongas en mi camino piedrecitas de tu misericordia que
me aparten de mi confusión.

Señor, si algo he aprendido es que sin ti no soy nada, que por mí mismo solo
soy capaz de torpeza y necedad. Te suplico Señor tengas misericordia de mí,
me guíes y me des entendimiento en estos tiempos para que emprenda este
nuevo camino que me has puesto delante.

Si es contigo, nada temeré, si es para ti con alegría actuaré y si es tu
propósito con gozo la aceptaré.

Padre, que se haga tu voluntad y sepa yo ser buen hijo en cumplimiento de
tus propósitos.

Todo te lo pido en nombre de tu amado hijo Jesús, Amen.

Un guía no tutela aquel que está perdido mas si aquel que busca su camino.

"33 Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos, y lo guardaré hasta el
fin. 34 Dame entendimiento, y guardaré tu ley, y la cumpliré de todo
corazón. 35 Guíame por la senda de tus mandamientos, porque en ella tengo mi
voluntad." Salmo 119:33-35

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