Un día, una reflexión, un versículo: Te puedes ir que siempre te esperaré

No se distancia quien quiere ni quien puede mas sí quien no es amado.

Mientras exista el latido de dos corazones perdurará la esperanza de la
comunión.

El corazón cura todo lo que los sentimientos hieren porque la profundidad
del amor es bálsamo para las heridas de la pasión.

Tenemos tanto que dar a los demás que el desapego solo nace en aquellos que
se rinden mas no en los que aceptan la espera con la alegría de un próximo
reencuentro.

Apoyar a los que quieres también es dejar que se alejen estando siempre
dispuestos para cuando te necesiten.

La dureza de la indiferencia se cura con el cariño de la abnegación.

El que sabe esperar siempre acaba encontrando el que se ha perdido.

No erra el que se va, mas si el que no espera su regreso.

Si deseas el bien de tu prójimo sabrás estar cuando te necesite.

Las personas solo se pierden cuando no las encuentras y no las encuentras
cuando no las buscas. Nunca dejes de buscar aquel que echas de menos porque
seguro que él/ella también te añora.

No hay esperanza sin espera ni paciencia sin paz.

Si Dios está siempre dispuesto a esperarnos que menos podemos hacer nosotros
con nuestros hermanos.

"Por tanto, Jehová esperará para tener piedad de vosotros, y por tanto, será
exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque Jehová es Dios justo;
bienaventurados todos los que confían en él." Isaías 30:18

Joves, no dejéis nunca de luchar por los que queréis que por muy lejos que
se vayan, si los esperáis, siempre vuelven. Que tengáis un buen día, Joves.
Alfons

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