El problema de los padres con los hijos empieza cuando los padres confunden sus deseos con las realidades de sus hijos. De tanto querer protegerlos acaban debilitándolos.
La experiencia no se enseña mas sí se vive, por muy difícil que nos resulte, y lo es, debemos dejar que nuestros hijos vivan su vida con todas sus consecuencias.
El problema de los hijos con los padres empieza cuando los hijos confunden una opinión diferenciada con una opinión contraria a sus padres. De tanto querer demarcarse acaban marcados por sus propias decisiones.
La personalidad no se construye sobre la negación de la enseñanza mas sí se fundamenta sobre la aceptación de tus propios errores y el respeto a la experiencia ofrecida por los mayores.
Los padres pueden aconsejar pero, y es ley de vida, los hijos deben ser dueños de sus decisiones y responsables de sus consecuencias.
Si los padres han sido hijos ¿Cómo es posible que estas situaciones sucedan generación tras generación? Porque el deseo de lo mejor para nuestros hijos hace que los padres confundamos enseñanza y sobreprotección, error muy poco común en los animales y muy habitual en los humanos.
Todos los hijos no son hijos pródigos y todos los padres no son perfectos pero el padre fue hijo y el hijo posiblemente sea padre por lo que siempre habrá oportunidad de dar y recibir, errar y acertar, vivir y morir.
"Oíd, hijos, la enseñanza de un padre, Y estad atentos, para que conozcáis cordura." Proverbios 4:1
"Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos,sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor." Efesios 6:4
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